miércoles, 13 de abril de 2011

LA SOCIEDAD UNIÓN LIBANESA





En asocio con el señor Antonio Hadati, Esteban Antón escribe una carta desde Latacunga al señor Feres Hanna, residente en la ciudad de Guayaquil, en la cual apoyan su proyecto de constituir una sociedad que una la Colonia Siria libanesa con el Ecuador. EI señor Hanna, aprovechando una reunión con sus compatriotas, dio lectura a la mencionada esquela que despertó el entusiasmo de los concurrentes.
Esa misma noche se acordó llevar a cabo el proyecto, y se nombro al señor Antonio Kadra como Presidente provisional de la entidad, la que se denominó "Sociedad Otomana". De esta entidad quedo únicamente un cuadro de fotografías de la primera directiva, el cual se conserva en los salones de la Sociedad Unión libanesa.

El 8 de mayo de 1921 se inicia la propaganda para constituir una sociedad con la misma finalidad que la anterior, se lleva a cabo una reunión en la que figura como uno de los fundadores don Esteban Antón Iza, quien fue elegido miembro del Directorio, una vez que fueron aprobados los estatutos por el Ejecutivo. A esta nueva organización social se le dio el nombre de "Sociedad Unión Siria". En 1926 se reformaron los estatutos y se cambió la denominación por "Sociedad Unión libanesa", debido a que los pocos miembros sirios que pertenecieron a la institución se separaron.


Don Esteban se dedicó de lleno, con mucho entusiasmo, al servicio de esta entidad. Fue Presidente durante tres periodos, ocupó todos los cargos y fue tesorero desde 1934 hasta 1948, llevando la economía con celo y abnegación lo dio excelentes resultados a pesar del reducido número de sus miembros.


El 31 de julio de 1935, el directorio aprobó un proyecto que había sido presentado por él en 1933, según el cual se proponía constituir una sociedad de carácter comercial para suscribir acciones, reunir capital y emplearlo en la adquisición de una casa para la sede de la institución.

Este proyecto se llevo a cabo con todo éxito constituyéndose la "Predial Libanesa", que enseguida adquirió un predio urbano, que luego de ligeros reparaciones fue ocupada por la Sociedad libanesa.

La planta bajo fue arrendada para almacenes y lo que de allí se obtenía, servía para mantener la buena marcha económica de la entidad, llegando la Sociedad Libanesa, al cabo de pocos años, a ser dueño de casi todas las acciones, pues se quintuplico su valor por la plusvalía

Procuró don Esteban que se funde, dentro de la Sociedad, el Centro Femenino de Beneficencia libanesa, el cual se constituyo, gracias al trabajo de la mujer libanesa, en una entidad humanitaria, dedicada a socorrer económicamente a la clase desposeída de la ciudad.


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